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En este episodio de Universo Poderosas, María del Mar charla con Laura Velásquez en una conversación que es una historia que podría ser la de cualquiera de nosotras: ese momento en el que la vida se desordena, te deja sin suelo y, entre papeles, miedos y silencios, aparece una chispa que te invita a mirar hacia dentro.
Esa mezcla de agotamiento, confusión y ganas de algo más la llevó a parar por primera vez en mucho tiempo. Entró de baja por salud mental, pidió ayuda —aunque le costó admitirlo— y encontró refugio en un lugar inesperado: una comunidad digital donde mujeres de todas las edades se mostraban sin filtros.
Lo que en un principio parecía una renuncia terminó siendo una integración. Laura no abandonó el audiovisual: lo transformó. Redefinió su trabajo para ponerlo al servicio de algo que sí le importaba profundamente: la salud mental femenina. Ahora crea contenidos que acompañan, que alivian, que encienden una chispa en quien los ve.
Durante el episodio, también aparece una verdad importante que muchas evitamos: no siempre puedes hacerlo sola. Para Laura, la comunidad que encontró fue el sostén que evitó que se volviera a caer. Y lo curioso es que, aunque era digital, fue tan real como cualquier abrazo físico. La evidencia lo confirma: cuando te sientes acompañada, el miedo se reduce y la claridad vuelve.
Otra cosa que María del Mar y Laura nombran con mucha honestidad es ese “momento no perfecto” en el que, paradójicamente, tomó la mejor decisión. No esperó a que todo estuviera resuelto: entró en el programa cuando su vida era un caos. Y esa decisión imperfecta la puso en movimiento. A veces, avanzar no es cuestión de estabilidad, sino de valentía. Y Laura lo encarna.
Hoy, sigue en Madrid, sigue trabajando en lo corporativo mientras termina de ordenar su situación legal, pero lo hace desde un lugar nuevo, desde una identidad que se siente más suya. Ya no crea para “cumplir”, crea para conectar. Ya no corre detrás de una vida organizada por fuera, sino de una que tenga sentido por dentro. Y mide el impacto de forma preciosa: si una sola mujer recibe su mensaje y siente alivio, ya valió la pena.
El episodio deja un mensaje claro, casi palpable: no tienes que quemarlo todo para empezar de nuevo. Solo necesitas escucharte, dejar de luchar sola y permitirte que el propósito no sea una meta final, sino un camino que vas descubriendo mientras te recuperas.
NOTAS DEL PODCAST
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