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En este episodio de Universo Poderosas, Silvia se toma un momento para mirar atrás y celebrar algo grande: los seis años de vida de un proyecto que nació casi sin querer, desde un sofá y con cero expectativas. Aquel día en el que pulsó “emitir” esperando a “cuatro gatos”, la pantalla se llenó de mujeres. Mil. Mil mujeres conectadas a una masterclass casera que confirmaron que no estaba sola.
De ahí, y de una pregunta que la atravesaba —“¿qué hago con mi vida cuando vuelva del viaje?”—, empezó a gestarse lo que hoy conocemos como Universo Poderosas. Primero fueron cuatro alumnas: Irene, Sara, Mar y Alba. Cuatro mujeres que confiaron cuando no había web, ni programas, ni estructura… solo intuición, un puñado de cuadernos y un propósito que empezaba a encenderse.
Con los años llegaron Destapa, Eleva, los acompañamientos, los Festis, los retiros en Fuerteventura y después en Brasil. Cada paso fue lento, artesanal, lleno de prueba y error, pero siempre guiado por la misma brújula: ayudar a mujeres a encontrar claridad, propósito y dirección en momentos de confusión.
Silvia también comparte algo que nunca suele contarse: lo difícil que fue delegar. Soltar la parte técnica le resultó fácil; lo que costó fue dejar que otras personas cogieran el testigo en las sesiones, abrir espacio para que otras voces acompañaran a las alumnas. La primera vez que Naroa llevó una sesión sola, Silvia se conectó en silencio, cámara apagada, solo para ver que todo iba bien.
Y es que Universo Poderosas nunca ha sido solo una escuela. Es una comunidad que saltó de un grupo de WhatsApp a un Discord efervescente. Un movimiento que ha reunido a decenas de mujeres en eventos presenciales cargados de emoción. Un espacio que acompaña, sostiene, ilumina y empuja.
En este episodio, Silvia celebra, recuerda y agradece. A las primeras que confiaron. A las que han pasado por la escuela. A las que han encontrado claridad, propósito o simplemente un lugar donde respirar. Y, sobre todo, agradece a esa versión de sí misma que se atrevió a pulsar “emitir” sin saber que aquel gesto cambiaría su vida. Seis años después, Universo Poderosas ya no es un bebé. Camina fuerte. Camina clara. Camina adulta. Y lo hace gracias a todas las mujeres que un día decidieron destapar su poder.
